Murmullos en la ciudad (People will talk, 1951) de Joseph L. Mankiewicz

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Hay películas que te atrapan por un personaje y por algunas de las escenas que se vierten en ella. Y eso es lo que me ha pasado con Murmullos en la ciudad, una de las películas más desconocidas de Joseph L. Mankiewicz (director y muchas veces guionista de sus propias películas). No es redonda pero tiene muchos puntos de interés. Puede ser una de esas películas a las que llamo película-medicina.

El protagonista de esta sencilla historia es un doctor, el doctor Noah Praetorius (Cary Grant) que le interesa no sólo curar la enfermedad a través de la ciencia sino tratar a las personas enfermas en su totalidad. Indagar en lo que les pasa por dentro. Entender sus vidas. Y sobre todo tratarlos desde la cercanía. Escucharlos. Ser tremendamente humano. Como dice, sus pacientes están enfermos no son reclusos (al referirse al trato que reciben en los hospitales)… Pero no es Noah Praetorius el personaje que centró mi atención. Noah tiene el rostro de un Cary Grant que no pierde nunca el tipo ni se despeina un pelo… Como dice su amada (Jeanne Crain) es un “pomposo sabelotodo” pero desde el principio nos cae simpático porque transmite muy buen rollo. Es de esas personas que conoces y sabes que te vas a sentir seguro o segura a su lado.

No, el personaje que me tiene subyugada desde el principio es el silencioso, enigmático y extraño señor Shunderson (interpretado por un maravilloso Finlay Currie). El señor Shunderson no se despega ni un minuto del doctor Noah. Y al doctor le agrada su compañía. Todos piensan que es una especie de mayordomo o asistente. Pero el doctor Noah siempre insiste en que es su amigo. El señor Shunderson recibe el mote de El murciélago porque es siniestro pero a la vez inspira una infinita ternura. En un momento de la película calma a un perro malhumorado llamado Belcebú y ya el perro no se separa de él. En un momento Noah le pregunta por el perro y él dice que sólo es un perro que tiene miedo y se siente solo… a lo que Noah contesta que eso es lo que le pasa a la mayoría de la humanidad… Todos sabemos que el señor Shunderson sería capaz de todo por el doctor Noah y que siempre le va a ser fiel. Pero ¿por qué? Esa es una de las incógnitas de la película.

Y es que en Murmullos en la ciudad sus personajes hablan. Nos cuentan cosas. Y de todos los personajes construimos su vida… Y ahí está el espectador al acecho. Si a Mankiewicz no le sale redonda es porque no queda muy claro qué es lo que nos quiere contar. Y creo que esto le pasa porque se va enamorando de cada uno de sus personajes (y de sus historias) y no quiere abandonarlos. ¿Es la historia de amor entre el doctor Noah y su paciente suicida Deborah? ¿Es la historia del doctor Noah y su relación con los pacientes, las enfermeras, los estudiantes, sus compañeros de profesión? ¿O nos quiere contar cómo el trabajo bien hecho puede causar envidias y generar investigaciones injustas para desacreditar a una persona? Porque ésa es la otra trama. La del frío, gris y desalmado profesor Rodney Elwell (con otro secundario de oro, Hume Cronyn) al que le corroe la envidia y se dedica a investigar el pasado del doctor Noah y de paso de su extraño acompañante, Shunderson, para lograr desacreditarle en la Universidad. Al final consigue que el doctor Noah tenga que pasar ante una especie de juicio ante el decano y demás profesores…

No hay una trama principal y otras subhistorias que la enriquecen sino varias tramas principales… pero sin embargo esto no impide que haya momentos mágicos, diálogos para no olvidar y personajes para llevarlos a tu lado.

Mismamente la presentación del doctor Noah y su ayudante (así como de la futura enamorada) en una clase de anatomía. El doctor destapa a un cadáver desnudo de una mujer joven y bonita. Y les dice a los alumnos que diseccionarán durante varios días su cuerpo, sus órganos y aprenderán ciencia. Pero que no olviden que antes de ser cadáver había una joven con sus sueños, una mujer que amaba apasionadamente o que odiaba, alguien con miedos, con alegrías y penas… y que ahora nada de ello queda. Y mientras al lado de un esqueleto, impávido, el señor Shunderson. Me cae bien el doctor Noah porque habla de la vida y de la muerte de forma humana y cercana. Así también tiene un diálogo brillante con una anciana que espera la muerte. Y se la describe de tal manera, que la anciana que en un principio está muy asustada, le dice que le hace pensar que la muerte puede ser un momento plácido… Y pensamos que eso es lo que va a intentar el doctor, que tenga una muerte digna.

Quizá la historia de amor no esté de la mejor manera planteada como tampoco el pasado del doctor Noah pero eso no impide que haya buenos momentos cotidianos. Cómo cuando Deborah enseña la vaquería al doctor Noah… y termina siendo una escena de puro romanticismo. O que el momento del ‘juicio’ del doctor sea brillante por la actuación de cada uno de los personajes principales y secundarios.

Murmullos en la ciudad es de esas películas que plantean temas que te hacen pensar bastante después de verlas. Es de esas películas que no son redondas pero que sabes que no te importaría volver a verlas… porque hay buenos diálogos y buenos personajes a los que tratan con cariño (incluso al malvado profesor que en su derrota protagoniza una hermosa escena de soledad). Y sobre todo mucha humanidad…

Joseph L. Mankiewicz la hizo entre medias de Eva al desnudo y Operación Cicerón. Y en un momento delicado de su vida profesional. Es como si quisiera hacer un paréntesis. Le apetecía contar una historia amable pero a la vez denunciar, con elegancia, los males y los daños que estaba provocando entre los compañeros la Caza de Brujas. Cómo se estaban viviendo situaciones parecidas a las que vive el doctor Noah porque un compañero con envidias inicia una investigación injusta sobre su pasado…

Murmullos en la ciudad no es la película más brillante de Mankiewicz pero sí tiene mucho que decir y se la puede analizar y diseccionar para que surjan sorpresas varias. Y sobre todo tiene un personaje inolvidable, el señor Shunderson con su perro Belcebú.

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12 comentarios en “Murmullos en la ciudad (People will talk, 1951) de Joseph L. Mankiewicz

  1. Vale, peca de indefinición, y es un pecado gordo. Pero lo más flojo de Mankiewicz siempre es mucho, y aquí hay mucho que rascar. Creo que esa estructura deslavazada la hace aguantar bien el paso del tiempo, resulta extrañamente moderna (muchos consideran «Hatari» como un salto de modernidad, esa «historia sin historia», esa «trama en la que no pasa nada, no empieza ni acaba, y eso ya está, de alguna forma, aquí).
    Personalmente, lamento que Grant no se prodigara más a menudo por la filmografía de Mankiewicz. Creo que se hubieran entendido a la perfección en muchísimos proyectos, filmados y por filmar.
    Besos

  2. Como sigas hablando de cine clásico americano voy a tener que cortar y pegar: «no la he visto, ya la veré…» ja ja…, no, mentira, algo hay de ello en mi memoria y ya estoy revisando y acumulando clásicos para ver y escribir de ellos. Conozco la película pero aun no cae, pero Mankiewicz es signo de calidad, uno de esos grandes directores que no tienen pierde. Y Cary Grant es el guapo que más que envidia o fastidio siempre se gana nuestra complicidad masculina. Y aunque dices que no es una gran película,lo dicho, este director ostenta siempre un nivel a valorar. Besos.

    PD: Una curiosidad ¿Hildy Johnson en general o por alguna película en particular?, ¿Hawks, Wilder o la de Milestone?

  3. Mi querido Alfredo, te doy totalmente la razón en que aunque no es la más redonda hay muchísimo donde rascar además de hacerte pensar un montón. Todavía la sigo pensando. Y por otra parte consigue algo maravilloso (o que yo, mejor dicho, valoro mucho…) construye personajes (hasta el más secundario de los secundarios): desde el padre de Deborah, hasta su tío, cada uno de los profesores, la antigua ama de llaves de Noah (la inolvidable bruja mala de Oz)… Y también te doy la razón en otra cosa: el tiempo no ha pasado mal por ella, es más en muchas cosas referentes al sistema sanitario es de más actualidad que nunca.

    Besos
    Hildy

  4. … Ja, ja, ja… ¡cuidado con el empacho de clásicos americanos! Aunque a mí me encanta estar super empachada…, je, je, je. Y deseando desde ya, mi querido Mario, leer tus textos dedicados a ellos.

    En esta película además se aprecia cómo hacer que los personajes digan cosas que merecen la pena ya que Mankiewicz dirigía y muchas veces escribía muy buenos guiones. Murmullos en la ciudad tiene donde indagar… Y Cary Grant es grande, siempre impecable… y con cientos de personajes diferentes para llevar bien guardaditos en la memoria y que casi siempre nos haga recurrir a una sonrisa cuando le rescatamos de entre los recuerdos.

    Y contesto a tu curiosidad… mi personaje, amigo mío, yo con mi teclado… soy la Hildy Johnson de Luna Nueva, la película de Howard Hawks (¿has visto en la cabecera del blog que mona estoy hablando por teléfono?).

    Besos clásicos
    Hildy

  5. Después de haber visto tres películas como Eva al desnudo, La huella o La condesa descalza, todas ellas de Mankiewicz, Murmullos en la ciudad se me antoja una obra menor. Y ello a pesar de la interpretación mas que notable de Cary Grant que destroza nuestros iniciales reparos con una excelente interpretación del Dr. Praetorius.Hablar de Cary Grant es hablar, casi siempre, de comedias. Y de comedia se califica esta película. No obstante, la línea divisoria entre la sonrisa y la cruda realidad es, a veces, demasiado sutil. Y este es el caso. Un intento de suicidio en una comedia, encaja bastante mal y lo mismo puede decirse de un cadáver sobre una mesa de laboratorio presto a ser diseccionado en aras de la ciencia. Claro que, gracias a su innegable aroma humorístico, la película, para sorpresa del propio Mankiewicz, fue aprobada por la tristemente famosa Comisión Hays a pesar de sus críticas al pacatismo de una sociedad que antepone el «que dirán» a la vida humana y de las alusiones más que explícitas a la caza de brujas del senador MacCarty.A pesar de que todas estas circunstancias le dan un valor adicional al film, este presenta muchas deficiencias no tanto en sus historias básicas (la exaltación de la práctica médica y la perdida de consideración familiar y social de las madres solteras) sinó en esas otras historias que deberían sostener el conjunto de la trama. Hay mucha endeblez en la historia del amigo inseparable Shunderson e incluso poca solidez en los cargos imputados al enjuiciado doctor. Y esta debilidad argumental no se salva siquiera con una excelente interpretación de Cary Grant más en la línea Kildare, para que me entiendan, que en la de los acartonados galenos que solían aparecer en el cine de aquellos tiempos.

    Para concluir. Resulta interesante, sobre todo si queremos darle un repaso a la obra de Mankiewicz. Cuenta además con buenos diálogos, marca de la casa, pero tal vez no sea suficiente o es que este director nos tiene mal acostumbrados.

    ¡Jo! Pero qué pesadp que soy con estos extensos comentarios,mi querida Hildy.

    Besos desde la ruidosa ciudad.

  6. … Mi querido Francisco, ¡no eres nada pesado! Disfruto con cada uno de los comentarios y los debates que se establecen. Como siempre os digo aprendo y me enriquecéis con vuestras miradas y criterios. ¡Me encanta leeros! Tanto cuando coincidimos como cuando no lo hacemos. En los encuentros y diferencias… Me ocurre algo extraño cuando leo tu interesante comentario, y es que tengo la sensación de que ya lo conozco. ¿Qué curioso, verdad? Como si estuviera viviendo una especie de déjà vu.

    Pero, Francisco mío, a pesar de los pesares de una película no absolutamente redonda: ¿no te quedaste hipnotizado por el personaje de Shunderson? A mí me fascinó desde su primera aparición. Y también disfruto de varios de los personajes secundarios que pululan por la trama. Es como si el director guionista les cogiera un cariño inmenso y no quisiera dejarlos. De pronto quiere que todos se conviertan en protagonistas y que sus historias tengan el mismo peso…

    Besos con lluvia
    Hildy

  7. Sí,es verdad,amiga Hildy lo que dices sobre lo hipnotizado.Y respecto al déjà vu,puede que sea motivo de este comentario mío puesto en otro lugar con un seudónimo en aquellos tiempos cuando todavía no tenía blog y me daba miedo poner mi nombre.Todavía hoy sigo teniendo miedo.

    Besos

  8. ¿Miedo?…
    ¿Miedo?…

    A mí y a muchos nos encanta leerte.

    Tu capacidad creativa se derrama en la página en blanco y engancha… Creas mundos increíbles y como te he dicho varias veces posees una mirada personal y especial.

    Y descubres nuevos caminos y sendas.

    ¿Miedo?

    Besos
    Hildy

  9. Película pendiente de ver. Y es que ya no se pueden ver tantos clásicos en las televisiones generalistas como cuando me atraque de ver cine-clubs en la 2 de tve y tertulias de «¡Qué grande es el cine!» donde Garci disertaba con, entre otros, el actual fiscal general del estado Eduardo Torres Dulce, también crítico cinematográfico y experto de John Ford. Por supuesto anotado queda este Mankiewicz y gracias por traerlo hasta aquí. Besos.

  10. Querido, querido Manel: yo también vi muchísimo cine clásico cuando en los dos únicos canales que había no había miedo para programar unos ciclos increíbles y facilitar una buena ‘educación cinéfila’. Luego más tarde llegó a la 1 aquellas noches de los lunes con que grande es el cine y sus tertulianos. Ahora hay canales nuevos que puedes rescatar joyas… pero ¿se atreve alguien, por ejemplo, a programar cine mudo…? ¿O ciclos a directormes como Mankiewicz?

    Como escribo Murmullos de la ciudad es de esas películas que puedes analizar y diseccionar y sacar asuntos muy pero que muy interesantes. Y sobre todo ofrece buenos personajes.

    Besos
    Hildy

  11. Vaya descubrimiento. No la conocía. Y Cary Grant es para mí razón suficiente para rescatar esta cinta. La veré. gracias por dármela a conocer.

  12. … es una película repleta de buenos personajes. Cary Grant es el Dr. Praetorius, un pomposo sabelotodo, un hombre bueno y vital, un doctor con muchas dosis de humanidad…
    Besos
    Hildy

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