Vidas rebeldes (The Misfits, 1961) de John Huston

vidasrebeldes

Fue el rodaje más documentado fotográficamente que nunca hubo. Nueve fotógrafos de la agencia Magnum con sus objetivos estuvieron atrapando instantes. Sin embargo fue un rodaje-pesadilla para casi todos los que intervinieron. El set estaba inundado, dicen, de tristeza. Y lo que se vomitó fue un poético western hipercrepuscular…

Arthur Miller había escrito un guion inspirándose en una experiencia personal. Cuando fue a divorciarse a Nevada de su primera esposa conoció a unos vaqueros que se dedicaban a cazar mustangs (caballos salvajes). Le contaron una etapa de gloria y cómo ahora se dedicaban a la caza de estos caballos para venderlos como comida de perros y gatos…Cuando empezó a escribir estaba enamorado de Marilyn Monroe. Ahora en pleno rodaje en Reno, modificaba una y otra vez el guion. Y su matrimonio con la estrella se iba a pique. Incluso allí se encontrará con la que en un futuro será su próxima mujer, la fotógrafa Inge Morath.

Sin embargo aunque hay distintas versiones. Y la que más prima es que el personaje de Roslyn fue un infierno y una traición para Norma Jean… Como espectadora lo que veo es una declaración de amor desgarrada a una historia truncada e infeliz. Y como tal Arthur Miller regala a Roslyn el final que él no pudo regalar a Marilyn Monroe. En una vieja furgoneta, abrazada al ídolo de su infancia, siguiendo las estrellas hacia un posible hogar. Y Marilyn regala a todos una interpretación que surge de las entrañas… con una sensibilidad extrema. Y se muestra bellísima, como un ser fuera de ese mundo que refleja la película, Reno. Y así la ven, etérea, tres vaqueros, tres perdedores, tres inadaptados… como ella: Gay (Clark Gable), un hombre maduro y desengañado que a veces revive sus tiempos de gloria y de vez en cuando moja sus penas en alcohol; Perce (Montgomery Clift), un joven cowboy perdido y abandonado con una historia familiar a sus espaldas y que va destrozándose el cuerpo y la cabeza en distintos rodeos; y por último, Guido (Eli Wallach), un hombre amargado que va arrastrando su pena y así arrastra a los que le rodean…

Son tres muertos en vida que de pronto ven en Roslyn, otra inadaptada, una chispa de vida. O una razón para seguir viviendo. Con su belleza carnal y su sensibilidad trae aires nuevos a un mundo rudo. Pero ella también arrastra pasado y penas. La conocemos en una pensión, frente a un espejo, y siendo aconsejada por su dueña Isabelle (maravillosa Thelma Ritter) sobre cómo debe enfrentarse a su divorcio. Isabelle es una mujer que trata de no dejarse llevar o arrastrarse por el desencanto. Roslyn se pasa la vida huyendo porque con su sensibilidad extrema todo la hiere pero a la vez trata de vivir intensamente (sólo quiere que la amen) y seguir con la mirada limpia. Ha sido bailarina de night club y Reno se convierte en un paréntesis en su vida y en la posibilidad de un hogar…

Éste es el material de partida para una película de perdedores sin rumbo pero libres, como los caballos salvajes que pretenden cazar. Y no podía haber otro director para reflejar esa sensación de pérdida y soledades que John Huston. En un melancólico blanco y negro (con la mano del director de fotografía Robert Metty) y con una banda sonora de Alex North que acentúa la sensación de tristeza y soledad, Vidas rebeldes se convierte en el retrato de una dama rota y tres caballeros andantes y perdedores.

vidasrebeldes1

Es como si Miller tratara de gritarle a Marilyn Monroe que ella enamora hasta los tuétanos pero que existe esa imposibilidad de ayudarla y protegerla de sus males interiores… porque los hombres que la rodean también están rotos y arrastran sus penas (y por lo tanto tienen toda la capacidad del mundo para hacer daño)… Roslyn es Norma Jean convertida en una Marilyn que se va desgajando…

Y hay una escena que la define completamente. A Roslyn y lo que significaba o representaba Marilyn. En su primer encuentro con dos de los vaqueros (Gay y Guido) termina vestida de negro en una casa apartada (también con Isabelle) absolutamente borracha y bailando. De pronto sale de la casa y mira a Gay. Y éste le dice que no ha visto jamás una mujer tan triste. Y ella sonríe y dice que nunca nadie le ha dicho nada así, que todo el mundo la ve muy divertida. Sale a la luz de la noche. Y danza en soledad, borracha, termina abrazada a un árbol…

vidasrebeldes2

La película es un desgarro continúo aunque al final haya un camino de estrellas para Roslyn y Gay. Rompe la amargura de Guido y ese dolor que le impide vivir y le permite ser cruel (aunque no quiera). Rompe la soledad de un muchacho perdido que prefiere romperse la cabeza a enfrentarse a sus problemas porque tiene también un exceso de sensibilidad. Rompe la tristeza de un hombre que se sabe viejo, que se arrepiente de los errores del pasado, que recuerda sus tiempos de gloria y que vuelve a amar como un hombre sabio que también de vez en cuando se equivoca…

Pero Roslyn se niega a la violencia gratuita. A la muerte de la sensibilidad. A ese morir en vida. Aunque de algún modo haya que morir. Y ante la caza sin un atisbo de compasión de los mustangs (que cobran vida y transmiten sentimientos y emociones) se rebela. Y de pronto en el desierto a pleno pulmón, grita. Y es un grito a todos aquellos que la han destruido o que la quieren destruir… ¡Asesinos!

… El rodaje fue otra película triste. Un director a punto de arruinar su próxima obra cinematográfica por su amor al juego, el tabaco y el alcohol. En el límite siempre. Egoísta también. Un matrimonio absolutamente roto que se derrumba en cada escena. Entre los dos un muro que ya no puede romperse. Una mujer que se autodestruye. Un hombre caballero pero enfermo que actuará en su última película intensamente. Un hombre joven con la cara totalmente destrozada que trata de arrastrar sus penas con drogas y alcohol… y de actuar… Un set lleno también de inadaptados. Pero todos dejaron su particular elegía cinematográfica.

Vidas rebeldes es un western crepuscular de cowboys perdidos y una bailarina de un night club en un mundo que no es el suyo o en el que no logran adaptarse. Todo cambia. Al final para dos de ellos quedará una posibilidad de mañana y quizá algo parecido a volver al hogar…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

10 comentarios en “Vidas rebeldes (The Misfits, 1961) de John Huston

  1. Una estupenda película, mi querida Hildy, y también estupendo post. El viejo John fue un todoterreno. Aquí tuvo que enfrentarse a tres ruinas de actores. Entiéndeme, ruinas por la devastación de las drogas.Marilyn ya era una muñeca derruida. Venía de los brazos cada vez más cansados de Arthur Miller (la peli está basada en uno de sus relatos). Llegaba al rodaje atiborrada de pastillas, sin ducharse, con el pelo grasiento y todo daba a entender que estaba en el tramo final con vistas ya al abismo. Clift con el rostro partido por la cicatriz de un accidente de automóvil, neurótico, alcoholizado, a punto de reventar como los caballos salvajes que llenaban la pantalla. Pero el primero en morir, apenas terminado el rodaje, fue Gable, al que se le reventó el corazón. Poco después el nembutal terminó con Marilyn mientras balanceaba hasta el pie de la cama el cordón del teléfono de la última llamada sin respuesta, que dio origen a la leyenda del asesinato. Clift no tardó en acompañarle. Para mí Vidas rebeldes son estas dos historias indisociables que es lo que la hace una obra maestra del celuloide y trágica en lo que respecta a la historia del cine.

    Besos emocionados.

  2. Mi querido Francisco, has descrito divinamente lo que se siente cada vez que uno se pone frente VIDAS REBELDES.

    Se dice que esta película no obtiene análisis criticos objetivos porque es devorada por la mitología externa que la rodea. Yo es que creo que están irremediablemente unidas. Y eso se transmite en cada fotograma.

    Acaba de venirme un paralelismo: no es tan distinta la Roslyn de Vidas rebeldes de la Cherie de Bus Stop. Las dos comparten también una escena en un rodeo. Las dos comparten profesión, bailarinas en night club. Las dos viajan en mapas emocionales sin rumbo buscando alguien que las quiera. Las dos encuentran un cowboy, una posibilidad de mañana. Las dos son chicas alegres con el rostro más triste que pueda imaginarse. Las dos parecen bellezas etéreas inadaptadas en todos los lugares que pisan… Las dos tienen la mirada limpia…

    Besos rebeldes
    Hildy

  3. Un texto maravilloso, mi querida Hildy, sobre una película que en cada visionado me despierta una tristeza infinita. Es una película que define por completo a Marilyn, y eso ya es bastante. Lees la amargura, el terror, en su rostro, pero también, fugazmente, el brillo y la belleza en estado puro de «un portento de criatura» (como dice Louis Calhern en «La jungla de asfalto», como dejaré constancia muy pronto). Una película de despedidas (menos mal que Huston y, sobre todo, Walach, tuvieron cuerda para rato, porque el resto…).
    Yo también creo que hay un paralelismo entre Cherie y Roslyn. O más que paralelismo, un hilo conductor consecuencial. Una es la cara B de la otra, o su destino, o su conclusión, como prefieras llamarlo. De la misma forma que el Jack Lemmon de «Avanti» es el futuro del C.C. Baxter de «El apartamento».
    Marilyn forever and ever.
    Besos forever

  4. Alfredo mío, tienes razón, es tristeza lo que se siente ante las imágenes de Vidas rebeldes.

    Te leeré pronto en La jungla de asfalto.

    Sí, qué paralelismo bueno el de C.C. Baxter y Wendell Armbruster.

    Besos
    Hildy

  5. Hola, Hildy, buenas noches; cuando he visto que habías escrito sobre esta peli, y antes de afrontar la lectura del texto (como siempre, precioso), se me vino de inmediato a la cabeza la idea de la ‘crepuscularidad’ (valga el palabro…); tú lo has expresado más ricamente con ese término, hipercrepuscular. Así es, y así parece. La revisé hace no mucho, y me sorprendió, sobre todo, la vastedad polar, con ese tono blanquecino y desértico, de esos parajes en que se desarrollan las escenas de captura y doma caballar. Pocos entornos naturales más devastadores para un fiel reflejo de la devastación, en todos los sentidos (física y moral). Y, en todo caso, eso sí, un pedazo de peli…

    Un fuerte abrazo y hasta pronto.

  6. Sí, amigo Manuel, es una película devastadora, es tan triste… tan, tan, tan crepuscular.

    A pesar de su final con algo de luz, es una película tan conmovedora. No hay escena que no conmueva. Me viene a la cabeza en este mismo instante la conversación en la cabina telefónica del personaje de Montgomery Clift. Es imposible que desde ese momento no te apetezca protegerlo…

    Besos
    Hildy

  7. Creo que todas las razones que tan maravillosamente expones son las que hacen que lleve un tiempo sin verla. Es demasiado cercana y real. Estamos ante un documento impagable.
    Tal vez uno de los casos más claros en los que el tormento de la vida interior ha quedado plasmado en pantalla sin fisuras. Parece como que estas accediendo a su intimidad. Me encantó tu texto sobre estos tres sin rumbo fijo. Un abrazo

  8. Mi queridísimo Victor, creo que lo has dicho de una manera muy bonita: el tormento de la vida interior que arrastraban varios de los integrantes de esta película llega al espectador que mira la película. La realidad se mezcla con la ficción y viceversa. Efectivamente es una radiografía de su intimidad, sin fisuras…

    Besos
    Hildy

  9. Hola Hildy,
    Buenísimo este artículo (y buenísimos apuntes en los comentarios) que evoca esa desoladora película, de las mejores de John Huston.
    El Huston a partir de “The Misfits” es mi favorito, y todavía hoy me sorprende que la pereza de establecer y dejar ahí durante décadas obras maestras oficiales, siga encumbrando entre sus mejores obras a “El halcón maltés” o “El tesoro de Sierra Madre”, que son buenas pero que encuentro sobrevaloradísimas, sobre todo la segunda.
    En su deslumbrante última época filmó verdaderas joyas como “El hombre que pudo reinar”, “Fat City” o “Paseo por el amor y la muerte”, y esta me apetece reivindicarla especialmente porque es una de las historias de amor más hermosas que he visto y una originalísima recreación de la Edad Media. Y, sobre todas, “Dublineses”, de las 15 o 20 de todos los tiempos que me llevaría a una isla desierta, y que es algo milagroso: una obra maestra cinematográfica a partir de una obra maestra literaria.
    Sus mejores películas están vivísimas como pocas, y esa cualidad está por encima de la desidia de Huston (que tampoco lo es tanto) en la puesta en escena (Truffaut, que fue muy arbitrario e injusto con él, llegó a decir algo así como que “es de esos tipos que como se les da mal la puesta en escena simulan preferir la vida”…). El problema es que luego tiene películas que no hay por donde salvarlas: “Annie”, “Bajo el volcán”, “El bárbaro y la geisha”,…
    A mí me gusta compararlo con Pío Baroja en su relación con el estilo. Ambos parecen desentenderse por completo de buscar una brillantez formal en su creación (más deliberado quizá el “mal” estilo en el escritor vasco), pero sus mejores novelas o películas gozan de una respiración, de una frescura, de una intensidad, que tienen pocas.
    Pero Huston daría para hablar durante días, porque luego está el Huston personaje de vida aventurera.
    Besos,
    Javier

  10. Querido Javier, qué bueno leerte. Adoro Dublinesses y el cuento de Los muertos y adoro esa película.

    La obra de John Huston es una de mis debilidades… y me interesa cómo has analizado su trayectoria. Me puede el Huston de los perdedores pero también el romántico y aventurero (La reina de África y Sólo Dios lo sabe). Me fascina el extraño (La noche de la iguana, Reflejos de un ojo dorado). Paseo por el amor y la muerte la vi hace muchísimos años y recuerdo que me impactó. También meto en mi saco de favoritas El tesoro de Sierra Madre que siempre me impresiona verla… En fin no pararíamos de charlar sobre Huston.

    Su personalidad y vida también son para no parar de escribir. Me gustan sus obras cinematográficas, me gusta leer sobre él y todo lo relacionado con él… pero no sé si me hubiese agradado conocerle…

    Por cierto tu símil sobre el estilo entre Huston y Baroja… una maravilla.

    Besos
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.